01 junio 2012

Una alternativa a la Megaminería a cielo abierto en Argentina. Entrevista al Ingeniero Enrique Martínez (Ex Presidente del INTI)

Extraemos del libro "15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina", elaborado por Horacio Machado, Maristella Svampa y otros autores, los siguientes párrafos para ilustrar la gravedad de la Megaminería en Argentina.
(...)"En nuestro país, a pesar de estar expresamente regulada en el artículo 22 de la ley 25.675, la obligatoriedad de "contratar un seguro de cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamento de la recomposición del daño que en su tipo pudiera producir", ninguna de las empresas mineras está cumpliendo con éste deber legal. Pero no lo hacen no sólo para evitar el pago de una prima de un seguro ambiental, sino porque las empresas aseguradoras no estarían interesadas en asegurar la actividad, debido a lo generalizado e inestimable del daño ambiental, así como a los efectos perdurables e incalculables en el tiempo de sus consecuencias dañosas. Así, es el propio capitalismo el responde el interrogante de algunos en relación al impacto ambiental."(...)
(...)"El agua, principal insumo en el proceso extractivo, es obtenida de ríos y acuíferos cercanos a los proyectos a razón de cientos o miles de litros por segundos. Las explotaciones suelen situarse en los sectores más altos de las cuencas hídricas y, en algunas ocasiones, en las proximidades de reservas de agua fósil.
Según lo declarado por la Barrick Gold, en su informe de Impacto Ambiental (IIA), para Veladero se utilizarían 110 l/seg. De acuaerdo con el IIA de San Jorge, proyecto mucho menor que Veladero, requerirían 141 l/seg. Para Pascua Lama, Barrick Gold declara requerir del la argentino un promedio de 215 l/seg. Potasio Río Colorado (PRC) tiene otrorgado por ley 1.000 litros por segundo, que es aproximadamente igual al consumo de Minera Alumbrera, mina cuyo impacto es más severo que el PRC, dado que se encuentra en un área con mucho menor disponibilidad hídrica."(...)
(...)"En lo que a energía se refiere, Pascua Lama ilustra un emblema de fiscalidad del siglo XIX, con privilegios escandalosos para un país con crisis enegética, como afirman Gutman y Adaro (2007), en el que las mineras son "devoradoras de energía barata". Los autores afirman: "Pascua Lama (...) prevé una demanda promedio de energía de 110 MW, con una demanda máxima de 123 MW, según la estimación de Impacto Ambiental. Estos MW serían provistos por la conexión a la red de suministro. La demanda mensual de combustibles en la fase operacional sería de 3.150.000 litros de gasoil y 60.000 litros de nafta por mes durante 21 años.Las cifras declaradas de los tres principales emprendimientos son de un consumo de 150 MW en el caso de la Alumbrera; 110 MW en el Pascua Lama y 135 MW previstos para Agua Rica, un total de 395 MW. Para tener una idea: la central nuclear Atucha I produce 395 MW. Para completar la idea sólo hace falta multiplicar estas cifras por lo más de 275 proyectos en preparación anunciados para 2006 por la Secretaria de Minería de la Nación" (...) "Si bien los tres protectos mencionados son los más grandes en el país, cabe imaginar la energía que requeriría el funcionamiento de los 403 proyectos previstos por la Secretaría de Minería en 2009."(...)

 
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11 abril 2010

“EL MASTER” RODOLFO CRACO


x Omar Dianese
Cuentan que la noche en La Boca abrazaba con su bruma los viejos conventillos. En las fachadas genovesas de madera y cinc los colores de Quinquela dormían acunados por las dulces melodías de tiernas canzonetas.

Entonces el vocerío de los pibes que inundaba las tardes de sueños futboleros se sumía en la suavidad del silencio nocturno. Igual que los gritos de alguna madraza heredera de aquellas tanas desembarcadas a finales del siglo XIX.

Aseguran que la oscuridad imponía su presencia contundente en el Riachuelo. Garganta de una ciudad frenética. Neruróticamente subyugante, incisiva. Un gigante de hierro y cemento custodiaba (lo sigue haciendo) las aguas de petróleo y enigmas indescifrables.

Los grises y negros contrastaban con el brillo nacarado de la luna que bañaba de plateado la madrugada porteña desde el cielo del Dock Sud.

Dicen que a metros del muelle una luz carmesí guiñaba en medio de su pequeña redondez invitando a entrar.

Un muro de ladrillos a la vista semejaba la frontera entre la realidad y la fantasía. Atravesarlo implicaba el hallazgo inevitable.

La música solía envolver a los visitantes en su fino vestido de seda salpicado de brillos y jazmines. El ambiente se impregnaba con las risas de chicas atemporales, crudamente bellas y cautivantes, ricas en historias furtivamente atesoradas como piedras preciosas en el alhajero del olvido.

En el extremo de una barra rústica iluminada de rojos, azules, verdes y dorados la figura del hombre emergía con la vertiginosa seducción de un legendario capitán a bordo de la nave.

Embebido por completo en el ejercicio del mando practicado desde la sencilla y casi imperceptible movilidad de su mirada.

Rodolfo, “El Master”, poseedor del encanto trasnochador en la Ribera Sur abría cada noche los portales de la alegría, las copas y el encuentro.

Así crecían, entonces, como flores en los márgenes de la capital historias de las más variadas.

Como la de “Enriqueta”, el muchachito empleado bancario que de noche merodeaba la ribera ofreciendo un premio consuelo a los que salían con algunas copas de más y sin cita.

Como la de la piba que pidió permiso para visitar a su familia en Uruguay y la furia del Río de la Plata bebió de un sorbo y para siempre el hechizo de su mirada.

Pero con los años, el ocaso fue implacable. La magia en la Ribera Sur se fue apagando lenta pero irremediablemete.

El arpa del monge Ayala, las guitarras del trío “Las Águilas” comenzaron a enmudecer. Como también fueron cerrando sus puertas los frigoríficos, que hacia el costado de Avellaneda nutrían la tertulia con la presencia de su gente.

Sin embargo en vetustos cafetines cercanos al Riachuelo uno dio con el hombre que parece haber cerrado hace ya tiempo la era del jolgorio nocturno y las veladas de humo, voces, licor y carcajadas en “el fondo de La Boca”. En “el asiento de atrás” de la capital.

El viejo maestro de ceremonias reposa entre las viejas mesas de madera con la mirada prolongada en el adoquinado portuario y espera. Paciente y silencioso la llegada del ángel de la noche para entregarle las llaves de la madrugada y el desenfado en La Ribera Sur.

Mientras tanto apura una copa y cuenta historias…como esta:
“Todavía me acuerdo cuando llegó. Linda, jovencita. Hasta se me pasó por la cabeza decirle que eso no era para ella…que se yo…son esas cosas que a uno por ahí se le cruzan... ¿no? La forma de hablar, de expresarse…

Pero bueno, así fue que empezó a trabajar. Era una época brava. Las chicas, todas, trabajaban bien, muy bien, pero…si querían arreglar alguna cita con un cliente…ahí sí…tenía que andar con cuidado.

Habrá llegado…un mes de septiembre…octubre…no más de ahí. Si mal no recuerdo en aquella época vivía en una pensión por la zona de Congreso. Después alquilaba un departamento. Un departamentito en Barrio Norte.

Al poco tiempo ya había clientes…buenos clientes eh…que la esperaban. Si ella estaba ocupada atendiendo a otro, la esperaban.

No te puedo decir, la cantidad de copas que hacía por noche… ¡Una barbaridad…una barbaridad!

Este era un boliche que…bueno…estaba en un lugar bárbaro para el que venía de trampa ¿no? personajes conocidos, o que vaya a saber con que compromisos… ¿quién los iba a ver ahí?

La cosa es que un buen día no apareció más. Eso, la verdad no era cosa que no pasara ¿no?. Quiero decir que era bastante común que alguna chica, por ahí, dejara de venir de una noche para otra. A veces pasado el tiempo alguna volvía… En fin... De golpe no la vimos más.

Ahora …cuando empezó a verse en la tele ..!!!! Jajaja….ahí sí qué no lo podíamos creer!!

Buena piba. Sí, muy buenita. El nombre? Noooo…! El nombre….ah sí…!!! Acá la llamábamos Betina.”





16 septiembre 2009

CALICA, ERNESTO Y UNA TARDE DE INVIERNO

x Omar Dianese


CARLOS “CALICA” FERRER
amigo de Ernesto CHE Guevara
Autor del libro: “DE ERNESTO AL CHE” Editorial MAREA

Al compañero y amigo RUBÉN GUZZETTI


El mate camina la ronda de historias y recuerdos. Desde las paredes el comandante parece con un guiño pedirle a Rubén que no lo deje afuera. Se asoma desde una foto tamaño póster y hasta se regocija con el relato del amigo.

–No gracias, no fumo- respondo a la invitación de un hábano que Ernesto me convida ya definitivamente incorporado a la reunión. A esta altura es Ernesto, el comandante. Ya no me creo alucinado. Hoy se reencuentran dos viejos amigos, y nosotros nos colamos en la tertulia.

Calica es el fuego que nos convoca a la escucha, en esta tardecita de frío y azules metalizados.

-No, si Ernesto era increible- canta más que decir con su cordobés que el tiempo no logró desafinar.

-¿Y esta … ? Mirá la foto… ¿ves? Bueno en este bote…

Rubén lo disfruta. Con la mirada basta para saber lo que pasa por su adentro.

-¡Lo qué se perdió Marquitos! Todo por cuidar a sus “nietos”. Los cachorros de la dulce Gala.

-¿Sabés lo qué me mandó a decir Ernesto por Granado una vez qué triunfo la revolución??

Hay confesiones y anécdotas que no podrán ser leídas en el libro traducido en ocho idiomas. Hay gestos que no se hallan en sus páginas. Silencios y emociones. Es lo que nos permite esta nueva vuelta de amargos y galletitas. Que fácil se muestra la historia cuando se cuenta con las tripas. Desde la entraña de un hombre que pone sobre esta partida de memorias el haz del cariño y la amistad.

Hubo lugar para sincerarse: -Me hubiera gustado acompañarlo en Cuba. Y para hacer esa pregunta atragantada en la garganta.

Dos largas horas de charla, risas, evocaciones, testimonios e interrogantes compartidos.

Es hora de capturar la imagen de este martes de julio. No podemos obviar la foto. Ernesto se prende. -¡Cómo no, será un placer!-


24 junio 2009

MANU SALVO: el último organillero en Buenos Aires



x Omar Dianese
Tal vez la ciudad empezó a resultarle extraña. Con tantos cambios, con hábitos y costumbres depositados definitivamente (¿definitivamente?) en el arcón del olvido. Y siguió haciendo lo que supo hacer en esta vida. Buscar y buscar. Entre revoltijos y antigüedades. Siempre con el propósito de verse reflejado en la sonrisa de los otros. Yugándola bajo el sol o la llovizna por un rato de alegría que le dé fuerzas para seguir. Siempre la dicha de la gente. Grandes y chicos. Esa fue su obsesión en este mundo.

Seguramente habrá encontrado en la eternidad algún barrio acorde a la ternura. Ahí andará. Como transitó estas calles. Desde Caminito a Plaza Dorrego. En Lavalle o Plaza Francia. Con su música brotando de su amado instrumento. Uno los imagina en un paseo despojado de cansancio. Regalando tarjetitas con versos de colores. Emergiendo entre el asombro. Contando historias de un lugar habitado de poetas entrañables. Una Buenos Aires lejana en el tiempo y la distancia.

Modelado en la simpleza, en la profundidad de las palabras que reposan en el alma. Con su mirada que envuelve primaveras. Con su clásico rancho en la cabeza.

Entonces uno se acuerda de Carriego. Y despierta el recuerdo adormecido en la memoria. Hasta reencontrar en su inspiración el ritual incomparable de la inocencia organillera.



(Para más información sobre Manu:









16 junio 2009

FELICES 20


x Omar Dianese

Veinte años no es nada. La voz del zorzal minimiza una verdad filosófica. El tiempo es una construcción del hombre. La Tribu también. O el rosal de una primavera deseada. Entonces la historia se vuelve "Viva Rojo" y la memoria se habita de voces y sonidos. Palabras y silencios. Un castillo que ve pasar al viento de costado.

La casona de Almagro. Un culto a la vida. Sin interferencias. Una voz que te dice "Apaga la Tribu y hace tu radio". No hay vueltas que darle. "Cara y señal", dicen los Mayas. Y te reconocen por tu señal. Aún cuando los vende humo ennegrecen las mañanas de odio.

Una guirnalda de sentimientos. Un manuscrito de ideas en las mesas del bar. La contradiccion motoriza el devenir de la historia. Si no fuera asi no hubiera tenido sentido treparse de una antena clandestina en un edificio de la calle Gascon.

El mundo se reinventa a cada instante. Exige relatos que no se pierdan en la modorra del mercantilismo mediatico. Justamente, no haber sido parte del aquelarre periodistico es un buen sintoma. Entonces... es cierto, por tu señal te identificaran. Caminar la propia vida exige riesgos. Supone peligros. Al fin y al cabo no nos sera devuelto como una dadiva el tiempo usurpado.

Y a proposito del tiempo. Veinte años no es nada canta el zorzal en una mesa de sueños por la calle Lambare. Antes de que estas lineas terminen de leerse ya estaran sembrando la decada que se viene. No les alcanza lo vivido, a quienes tienen tanto por andar. Un abrazo tribal de venideras victorias para los que mas que contarla, la historia prefieren hacerla.





























05 mayo 2009

ALBERTO IVERN: “COMO DEJAR DE HABLAR SIN DECIR, PARA COMENZAR A DECIR SIN HABLAR”


x Omar Dianese


Hay quienes hablan sin decir nada. Hay quienes dicen sin hablar. La vida no es un juego de palabras. Pero a veces las palabras juegan a estar vivas. Son palabras huérfanas de significado. Entonces una tormenta de ruidos semánticos se precipita sobre nosotros. Nos empapa de sinsentido. Inunda da nada las calles de la razón.

Esas palabras suelen lanzarse en todo momento, en todo lugar. Terrible es admitir que uno no está libre de alimentar esa multitud de oradores del asfalto. Y eso avergûenza. Sitúa cruelmente en el ridículo.

Porque a diario atentamos contra esa gigantesca verdad que afirma “no hablar si lo que se tiene para decir no es mejor que el silencio”

Un sabio Gurú Vaisnava gustaba decir a sus discípulos, para que entendieran el sentido erudito del silencio, que “el sapo croa y llama a la muerte”.

Eso siente uno que hace cada día. Aunque cada noche apoye su cabeza en la almohada prometiéndose austeridad, justeza y precisión de vocabulario.

Por eso voy a empezar por arrimarme a quienes dicen sin hablar. Por ahí, quien le dice, aprenda la lección. Si esto me fuera posible, sin duda alguna, estaría haciéndole un MIMO al alma.

Me callo. Se lo aseguro. Sumerjámonos en un océano de gestos y miradas.

(La Página de Alberto Ivern: http://www.albertoivern.com.ar/ )